martes, 3 de junio de 2008

Juan Araya, presidente de la Confederación Nacional de Dueños de Camiones hizo una positiva evaluación de las primeras horas del paro nacional convocado por su gremio que durará 48 horas y que espera paralizar unas 60 mil máquinas a lo largo del país.
En la región, unos 60 camiones se encuentran en una de las vías del sector Licanco, en la entrada sur a Temuco. Los camioneros avanzan a menos de 5 kilómetros por hora, por lo que se congestionó la ruta de entrada a la capital regional.

El Presidente regional de los camioneros, José Villagrán, señaló que las dos demandas intransables de su gremio son que puedan deducir el 100% del impuesto específico del petróleo y que el precio de este insumo se estabilice con alzas sólo cada seis meses.

Villagrán indicó que “con alzas del petróleo cada una semana, a los camioneros nos resulta imposible ponernos de acuerdo en el largo plazo con quienes nos contratan los fletes, por la inestabilidad del precio de este insumo fundamental”.

Por ejemplo, si un camionero hubiera contratado fletes considerando el precio que tenía el petróleo hace tres semanas, no habría podido cumplir las tarifas convenidas, porque el combustible subió en ese período más de 50 pesos por litro.

Eduardo Díaz Herrera, la voz del partido regionalista en nuestro sur, apoyó la manifestación de los transportistas, diciendo que “son gente de trabajo a la cual la política económica neo liberal del gobierno simplemente impide trabajar”.

El gallo que canta claro resaltó que “el gobierno prefiere seguir con precios altos de los combustibles, porque así recauda más impuesto específico y más IVA, pero el costo de esto lo pagan los camioneros, que cada día ganan menos, al punto de enfrentar la quiebra”.

Eduardo Díaz Herrera fue más allá, añadiendo que “este paro de los camioneros debiera ser apoyado por todos los chilenos, porque mientras a los ellos les sube el petróleo, a los que tienen auto les sube la bencina, y a los pobres les sube la parafina y el pasaje de la micro”.

“O sea”, terminó diciendo el gallo que canta claro, “la tozudez del gobierno en seguir manteniendo el impuesto específico a los combustibles la estamos pagando todos los chilenos, especialmente la clase media, los pobres y los campesinos”.

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