martes, 24 de junio de 2008

Los Conflictos en la Política Chilena

Eduardo Díaz Herrera, la voz del partido regionalista de los independientes en nuestro sur señaló que “los dos bloques políticos surgidos en Chile tras la imposición del sistema electoral binominal están al borde del colapso. Las peleas internas tanto en la Concertación como en la Alianza, y la falta de proyectos que estas coaliciones puedan ofrecer al país, marcan un severo cuadro de descomposición”.

En la Concertación, dijo Eduardo Díaz Herrera, “el primero en mostrar fracturas internas severas fue el corrupto partido PPD, sacudido por las denuncias de uno de sus ex Presidentes, Jorge Schaulsohn, de cómo era el gobierno el que financiaba su accionar con platas sacadas de gastos reservados”.

Luego vino la crisis terminal de la democracia cristiana, saldada con el golpe de estado de la pandilla de Alvear contra los verdaderos falangistas, que terminó con el quiebre interno, la salida del líder colorín Adolfo Zaldívar, y el retiro de 5 relevantes diputados.

La elección de la nueva directiva del partido socialista dio pie a que se plantearan las más feroces críticas internas en muchos años, sellando una división que persiste hasta el día de hot, en la que el ex presidente de la colectividad, el senador Camilo Escalona, salió manchado hasta el cogote de tráfico de influencias y ejercicio nepótico del poder.

Eduardo Díaz Herrera señaló que “en la Alianza, baste recordar que al supuesto pre candidato presidencial del sector, no lo dejaron entrar a un encuentro ampliado de ambos partidos en Valdivia; la pelea por el municipio de Santiago, en que ni la UDI ni Renovación Nacional tienen candidato, pero se niegan a que sea el otro el que ocupe el cupo, y sobre todo la debacle causada por la explosión de casos de corrupción y hasta delitos en sus municipios.

El gallo que canta claro recordó que Joaquín Lavín fue quien lanzó la última paletada de tierra, al denunciar a la UDI como un partido muy valiente para denunciar la corrupción en la Concertación, pero muy cobarde a la hora de reconocer y sancionar a los corruptos de entre sus propias filas.

Ante este espectáculo, la reacción de la ciudadanía ha sido clara: mucho más de la mitad de la gente reprueba el accionar de la Concertación y de la Alianza. Encuesta tras encuesta, disminuye el número de quienes se sienten identificados con estos dos bloques, y aumenta el de los independientes.

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